No, no es lo mismo la enseñanza que el aprendizaje. Y para explicar una de las tantas diferencias, se me viene a la cabeza la diferencia entre sensibilizar y concientizar.
Hace unos años estaba sentado en el banco Galicia esperando ser atendido y, entre las publicidades que aparecían en los televisores de la mesa de espera, uno me llamó la atención. Hablaban de su política de concientización ambiental la cual estaba siendo materializada gracias a cestos que permitían la separación de residuos. Ese hecho me inspiró para escribir un libro que luego fue declarado de interés legislativo por la Legislatura de Córdoba.
Las empresas y organizaciones, e incluso las personas, pueden transmitir la importancia de algo en materia ambiental (sensibilizar) pero no pueden desarrollar la conciencia ya que ésta es personal. Podemos sensibilizar en cierta temática pero el desarrollo de conciencia viene luego una vez que la persona, a raíz de la sensibilización, decida por matu propio qué es lo más relevante para sí; ahí es cuando se configura la conciencia ambiental.
El equipo docente puede enseñar no solo desde lo pedagógico, siguiendo los programas curriculares, sino también desde los modos de vincularse (la escucha, la atención, los saludos, etc.) Sin embargo, cada estudiante, de acuerdo a su naturaleza, experiencia, entorno y muchos otros factores, desarrollarán su propio aprendizaje. Es por esto que la educación ha ido evolucionando y hoy se habla de las tendencias educativas (inteligencia emocional, aprendizaje colaborativo, cooperativo, invisible y ubicuo)
En cuanto a mis prácticas docentes, desde el 2019 vengo midiendo los resultados de mi ejercicio docente gracias a encuestas de satisfacción al finalizar cada cátedra. Uno de los aspectos que evalúan mis estudiantes es el uso de recursos gráficos. Si bien las clases son dinámicas repletas de debates, casos reales, discusiones y reflexiones, siento que podría mejor el aspecto gráfico de mis clases.
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Dilema del curriculum universitario: habilidades duras vs. habilidades blandas
Durante el 2022, en mis clases de Desarrollo Emprendedor, hablé brevemente de 2 ideas que desarrollaron personas ligadas a la filosofía. David Hume (filósofo escocés 1711 – 1776) dijo que debemos ser fiel a nuestra experiencia de vida e Immanuel Kant (filósofo prusiano 1724 – 1804) afirmó que “las reglas que manejan nuestra mente, manejan el mundo”
El mensaje a transmitir entre mis estudiantes refería a que la manera en que se desarrollen en el mundo, con sus valores, creencias, acciones, definirá si las puertas se les abren o se les cierra.
Los dilemas planteados a lo largo del video son evidentes y actuales. Desde mi perspectiva, subyace el hecho de que las habilidades duras son aquellas que abrirán puertas, pero las habilidades blandas con las que permiten que permanezcamos en esos lugares o no. En otras palabras, podemos ser expertos/expertas en cierta disciplina, pero si desde lo humano dejamos mucho que desear, entonces no lograremos tener un lugar propio.
¿De qué manera podemos mitigar los dilemas? Fomentar los trabajos grupales en el aula caso de incentivar la co-creación, la comunicación y discusión; generar simulaciones de casos reales, incluir a personas laboralmente activas en las aulas, entre otras opciones. El objetivo tiene que ser que estudiantes tengan contacto, más allá de lo académico, con lo que pasa en el mundo real. No solo para el acto de conocer, sino para que cada quien tenga la experiencia de cómo va decidiendo relacionarse; es precisamente eso el desarrollo de las habilidades blandas.