Desde mi punto de vista, y en base a lo aprendido no sólo en estas clases sino también en mi experiencia como alumna, al momento de enseñar no debemos olvidarnos que los modelos son sumamente útiles pero son “tipos ideales”, porque aúnan las características o rasgos de un modo de enseñar y lo constituyen como un extremo. Creo yo, que en el complejo proceso de aprendizaje y enseñanza, estos modelos se mezclan, van y vienen de una forma armónica garantizando que el alumno adquiera conocimientos. No todos los temas son encastrables en un sólo modelo, ni todos los alumnos, ni todos los profesores. Es en esa subjetividad, caracterizada por los autores como la parte “artística” de la docencia, donde se marca la diferencia.
Anclarnos en una sola concepción podría provocar que algún concepto se nos escape. Claro está que no podemos controlar al 100% el proceso de aprendizaje, pero quizás prestando atención a los temas y a su capacidad de adaptabilidad a cada uno de los modelos, logramos que los conceptos sean internalizados de mejor forma por el alumno.
En mis clases, por ejemplo, tengo módulos muy dinámicos y plausibles de la concepción “facilitadora” pero también tengo temas que deben ser explicados con rigurosidad y contenido teórico que es muy difícil de ser apropiado si no es mediante el método causal o directo. Me gusta advertirles, al comienzo de las clases, cómo será la metodología empleada, para que los alumnos puedan prepararse.
Creo que mi desafío es seguir perfeccionando esta visión y poder “hacer un mix” lo más acertado posible.
La materia en la que me desarrollo como docente ingresa naturalmente en el dilema entre el desarrollo personal y el desarrollo científico. La responsabilidad social nos viene a cuestionar, justamente, de qué vale hacer cosas si no es en beneficio de la comunidad que nos rodea. Por ende, trato de poner al alumno todo el tiempo en esa posición, para que el día de mañana cuando ocupe un lugar en una empresa, tenga la lógica de pensamiento incorporada, reflexione automáticamente: ¿esto que estoy haciendo, tendrá algún impacto positivo? ¿cómo puedo hacer para mejorar mis procesos de forma tal que no sólo elabore un producto que genere ganancias económicas sino también ganancias sociales? ¿qué puedo hacer para contribuir positivamente a la sociedad y reducir mi impacto negativo? Mismo entre la profesionalización y el enriquecimiento cultural. Moverse en el mundo económico implica estar atento a las demandas sociales. Por eso tratamos de identificarlas, y reflexionar sobre cómo podemos solucionarlas.