El autoconocimiento es clave al comenzar la facultad porque permite tomar decisiones más alineadas con quiénes somos y lo que realmente queremos. Iniciar esta etapa implica grandes cambios: nuevos desafíos académicos, mayor independencia y la necesidad de gestionar mejor el tiempo y las responsabilidades.
Conocerse a uno mismo ayuda a establecer metas realistas y desarrollar estrategias de estudio efectivas. También permite reconocer fortalezas y debilidades, lo que facilita pedir ayuda cuando sea necesario y evitar la frustración. Además, el autoconocimiento emocional es fundamental para manejar el estrés y la presión académica.
Ser consciente de nuestros intereses, valores y habilidades nos da mayor confianza y sentido de propósito, lo que hace que la experiencia universitaria sea más enriquecedora y llevadera.