Creo que todos los textos apuntan hacia un mismo lado, que aunque estemos en una generación que lo damos por normalizado, es fundamental recordarlo cada día. Hoy somos libres de poder elegir aquello que queremos estudiar y lo que será parte de nuestra felicidad.
Hace años la mayoría de las personas, y en especial las mujeres, no se les permitía estudiar más allá del ciclo básico. El estudio superior o universitario era impensado. Años más tarde podrían acceder, pero en su mayoría, su elección no estaba orientada por sus gustos o pasiones, sino más bien por distintos mandatos que deberían cumplir para poder ser parte de la sociedad sin "ser mal vistas".
Lo reitero: hoy somos libres de elegir nuestra profesión y aquello a lo que nos dedicaremos por el resto de nuestras vidas. Es por esta simple pero importantísima razón que debemos recordar siempre lo privilegiados que somos y agradecer por la oportunidad de recorrer este camino de una complejidad inherente y con múltiples desafíos, pero que el valor que deja su experiencia es invaluable, constituyendo una fuente de aprendizaje y realización personal que llevaremos por el resto de nuestras vidas.