Considero que, a partir de la experiencia como docente dentro de la Universidad donde me desempeño, mi concepción respecto a la enseñanza y aprendizaje se ha ido modificando. En una primera instancia comprendía el proceso de enseñanza como una transmisión por parte del profesor respecto a una temática, en la cual el mismo debía constatar que el estudiante “comprenda” a partir de evaluaciones correspondientes. Probablemente esta visión se haya construido por mi propia experiencia como estudiante en los primeros años de mi carrera universitaria. En este sentido, se podría decir que mi concepción se inclinaba más hacia el estudiante como aprendiz imitativo. Una vez que tuve la oportunidad real de ubicarme como docente dentro del aula, en la cátedra de Metodología del Aprendizaje, empecé a notar que esta visión resultaba muy reduccionista. Allí, en la interrelación con los estudiantes ingresantes, empecé a cuestionarme cual era mi función domo docente y cuál era el sentido de mis prácticas de enseñanza. Es a partir de ese momento que mi concepción de aprendizaje comenzó a coincidir más con la del estudiante reflexivo, crítico, capaz de desarrollar la flexibilidad, para poder relacionar los saberes de la cátedra con sus campos de aplicación en la realidad, no simplemente para reproducir la teoría ante el docente. En funcion de esto me vi en el deber de poder propiciar espacios para que este tipo de aprendizaje se pueda llevar a cabo. Considero que para poder mejorar en este aspecto, es necesaria la formación pedagógica constante, tomando como referencia las “buenas prácticas” de los profesores universitarios que han tenido resultados satisfactorios, siempre teniendo en cuenta el contexto donde nos desempeñamos y las características de los sujetos a los que pretendemos enseñar.
En cuanto a los dilemas del curriculum universitario expuestos en la video-clase, puedo identificar que el que se encuentra con mayor frecuencia es el que alude a la formación personal/formación profesional, apuntando no solo a la formación científica de un área en particular, sino al mejoramiento de la persona en todas sus facetas, lo cual supone una ardua tarea donde los docentes que se encuentran en estrecha relación con los estudiantes debieran poder asumir con un mismo criterio común.