La importancia de elegir bien al medio para alcanzar los objetivos deseados
La clase de hoy estará enfocada en brindar herramientas y recursos necesarios para adaptar la producción o creación de contenidos para entornos digitales.
La variación de formatos va en aumento, más aún cuando se crean nuevas plataformas o redes sociales que integran nuevas maneras de presentar el contenido. Veremos aquí la diferencia entre formato y ubicación, que aunque es una palabra que nos remite a disposición geográfica, en realidad refiere al lugar donde se proyectará ese contenido: historias, muro, álbumes, banners, portadas, avatares, sección noticias o entrada de blog, guías, entre otras.
Como veremos en las piezas que siguen a esta entrada, la importancia de elegir bien el medio nos permitirá desarrollar una batería de formatos para atraer y retener a nuestro público-objetivo. En esa diversidad, apelaremos a diferentes personas, de acuerdo a sus intereses y a las relaciones con la cuenta. Es importante que la proyección de contenido en cada medio y cada ubicación esté alineada con la gestión de marca institucional, de manera tal de dar continuidad a los contenidos abordados y proyectar en todos la identidad por la que la institución querrá ser reconocida y/o valorada.
El medio también permitirá que las personas se relaciones e interaccionen con la institución, transformándolas en experiencias de usuario que pueden ser positivas o negativas, de acuerdo a ese intercambio. Lo que se propone en los entornos digitales es lograr engagement por parte de las audiencias. Esto quiere decir: lograr mayor compromiso entre usuarios y la marca.
Entre otras cosas, el engagement engloba interacción constante, confianza e, incluso, empatizar con los valores, percepciones y mensajes de la marca/institución que comunica. Esto se traduce en relaciones duraderas, sustentables y profundas, basadas en experiencias de usuarios memorables o que aportan valor. Para lograr esto es preciso trabajar en este vínculo con estrategias planificadas (orientadas a objetivos) y constantes en el tiempo, donde se cuide detalladamente la proyección de imagen y su apreciación positiva por parte del público.
Este importante concepto creció y se expandió gracias a la transformación digital y, especialmente, con el surgimiento de las redes sociales y otros medios que permiten la interacción constante con los usuarios.
En los entornos digitales, el engagement es un elemento palpable, que se puede estimular diariamente y que es posible medir a través de métricas, indicadores y la calidad de interacción: como por ejemplo, en comentarios, likes, compartidos, menciones, seguimientos, contenido guardado, entre otros factores.