Durante el primer cuatrimestre comenzamos a conocer y pensar acerca de la sociedad en la que vivimos, a partir de la propia experiencia como usuarios de medios digitales.

Entre ellos pudimos indagar acerca de la sociedad de la ubicuidad, aquella en la cual las personas mantienen una comunicación en movimiento, gracias a la existencia de los medios digitales y a la utilización de dispositivos digitales que nos llevan a movernos entre el “mundo real” y el “mundo digital”. En este tipo de sociedad, no somos ciudadanos/actores pasivos frente a los contenidos mediáticos, sino que tenemos participación en ellos y autonomía en su consumo. En el imaginario de la sociedad de la ubicuidad, toda persona, en cualquier momento y en cualquier lugar puede introducir información a Internet. Toda persona que pueda acceder a Internet representa un potencial prosumidor.

Todas las revoluciones tecnológicas que se presentaron a partir de la irrupción de internet trajeron aparejados muchos cambios culturales en las formas de acceso y de consumo de los contenidos digitales. Entre esos cambios culturales encontramos nuevas formas de comportamiento de los ciudadanos frente a nuevos espacios de comunicación, audiencias con nuevas características, actores con nuevas responsabilidades y, por supuesto, accesos flexibles con muchas más facilidades.

El primer momento, el desarrollo de la web 2.0 marcó un punto de inflexión en la evolución de Internet, transformando los hábitos de consumo cultural de los cibernautas (navegadores de internet) y dando lugar a la figura del prosumidor

Este término, es un acrónimo de "producer" (productor) y "consumer" (consumidor), que fue anticipado por Marshall McLuhan y Barrington Nevitt en 1972 y formalmente introducido por Alvin Toffler (en su libro La tercera ola en1980) quien adelantó que las actividades de los prosumidores anticiparían el fin de la era de los medios masivos, ya que "están desapareciendo los días de la omnipotente red centralizada que controla la producción de imágenes" (Toffler, 1981).

El término «prosumidor» describe a un individuo que no solo consume productos o servicios, sino que también participa activamente en su creación, promoción y mejora. En palabras de Betsy Frank, vicepresidenta ejecutiva de investigación y planificación de MTV Networks, "se trata de un público que desea hacer su propia programación". Los nuevos instrumentos del consumidor ya otorgan a los espectadores el poder editar los programas para adecuarlos a sus preferencias personales (pensemos en el on-demand, en la facilidades de reproducción de Youtube).


Este desplazamiento continuo de los tiempos estándar de los huecos en la programación se acelerará a medida que las audiencias de los medios de comunicación, provistas de nuevas tecnologías, produzcan sus propios contenidos (Toffler, 2006, p. 99).


La irrupción de Internet primero, los smartphones después y las redes sociales y nuevas plataformas digitales ahora, ha permitido a los consumidores acceder a una gran cantidad de información y expresar sus opiniones y experiencias en línea. Estos cambios son los que atraviesan al prosumidor proactivo, que se caracteriza por su autonomía y capacidad de búsqueda de información. El prosumidor no confía ciegamente en lo que lee en los medios, sino que siempre busca contrastar opiniones y conocer un tema desde distintos puntos de vista, creando "su propia versión de los hechos". 

En resumen, los prosumidores no solo consumen contenidos, sino que también los producen y comparten, contribuyendo significativamente a la evolución y remediación de Internet. 

Como afirma McLuhan (1967), "las sociedades siempre han sido moldeadas más por la naturaleza de los medios a través de los cuales los hombres se comunican que por el contenido de la comunicación". 

Debemos reconocer a los prosumidores como los verdaderos protagonistas en la era digital, y que seguramente, su influencia en los medios digitales seguirá creciendo en las próximas décadas.


Última modificación: lunes, 29 de julio de 2024, 19:15